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lunes, 8 de octubre de 2018

Mi parto de mi primer hijo, Pedro

Tras ver pasar los días y pasar por varios registros...la cosa seguía igual. Ni una sola contracción me daba y el plazo se iba acabando. 
En la última revisión que tuve con mi ginecóloga me dijo que si no me ponía de parto hasta tal día, me daría fecha de ingreso para proceder a un parto inducido...y así fue.

Ingresé un 15 de octubre del 2017 en el Hospital san Agustín de Linares a las 9:30 de la mañana.


Nada más llegar me hicieron un registro que duró media hora para ver si había fiesta en el interior de mi inmensa barrigota...y nos encontramos con que algo había pero poquito.

Tras ello, entre a la consulta de ginecología para oir las indicaciones que me diría mi ginecóloga y entregar el papel del registro.
Ella me dijo que si estaba de menos de 2cm me subiría a planta y allí estaría con una pastilla para ver si se anima la cosa, pero si estaba de más de 2cm me quedaría en dilatación con la oxitocina en vena.
Al explorarme la sorpresa fue cuando descubrimos que estaba de algo más de 2cm (un suspiro enorme y una relajación me invadió mi cuerpo...tenía en mente empezar ahí abajo y así fue), por lo que me dieron mi bata y me adentré a la sala de dilatación.
He de decir que no llevaba nada de miedo e iba muy animada e ilusionada. Eran tantas las ganas de conocer ya a mi pequeño que me dejaba hacer lo que fuera por tal de tenerlo ya conmigo.


Llegó el matrón que estaría conmigo en todo momento...¡un primor de los primores! Me encontró la vena de momento (que a todas las enfermeras que me tuvieron que sacar sangre durante el embarazo les costaba la vida) y me puso la oxitocina para que la fiesta empezara.
Durante las primeras horas me encontré bien...¡whatseaba con familiares y todo! (Pero en la foto podéis ver las contracciones que tenía tan fuertes y yo no me enteraba de nada).
Al rato me rompieron la bolsa y pasados unos minutos entró mi matrón preguntándome si querría la epidural ya que estaba por ahí el anestesista y se iba pronto a comer y hasta las 17:00 no volvería. Mi respuesta fue un rotundo NO, que podía soportarlas aún y quería ver hasta dónde llegaría (y es que no la quería ni muerta).
Entró mi ginecóloga y decidió ponerme de lado...algo veía raro en el aparato y me dijo que depende de como fluyera todo seguiríamos hacia delante o terminaríamos con cesárea.
Fue ponerme de lado y empecé a ver las estrellas, el sol, la luna y el firmamento entero. No...no las aguantaba pese a hacerme la dura...y esto iba para largo.

En cuanto volvió el anestesista entró a mi sala, se presentó y se puso detras para sacar instrumentales e inyectarme la dichosa epidural.
Conmigo fue super amable (y eso que tenía fama de ser lo contrario), fue explicándome cada paso a seguir y lo que notaría en mi espalda...primero quemazón, despues un calambre (super desagradable) y otro quemazón de nuevo. Yo como las niñas buenas permanecí doblada y quietecita y si venía contracción lo avisaba como así me mandó hacer.
Tras ello, empecé a notat cierta relajación, las piernas se iban durmiendo y las contracciones las notaba menos pero las notaba.
Cada vez que aparecía mi ginecóloga y me hacía el tacto, intentaba colocar a Pedro por el buen camino mientras yo empujaba pero algo había que le impedía bajar.

A las 19:30 volvió a entrar y me dijo que algo no le estaba gustando...el latido se perdía y que me daba 3 cuartos de hora para que la cosa se arreglara si no...sería cesárea. (Ya iba yo por 5cm dilatados)
Y no esperó todo ese tiempo....a menos cuarto volvió a aparecer para darme la noticia de que entraba a quirófano y el dispositivo comenzó...enfermeras y auxiliares que entraban y salían de la sala de dilatación...mi anestesista volvió. Yo pensaba que por fin llegaba el momento, que por fin vería a mi pequeño pero andaba hecha un flan, mi mandíbula no paraba de temblar como cuando estás helada en pleno invierno...y eran nervios que no podía controlar. Todo el equipo intentaba relajarme con ánimos, pero yo no pude controlarlo.

Tras 10 minutos suuuuuper largos y eternos entré a quirófano.
Me pasaron de la camilla a la mesa con una especie de colchoneta y todo con mucha delicadeza y saber hacer.
Mi anestesista se puso detrás mía dándome ánimos, me acariciaba los hombros para relajarme y me puso morfina, y como dijo: "no te duermo entera porque si no no verás a tu hijo nacer y quiero que lo disfrutes".
Me estuvo explicando cada paso que iban dando y de repente dijo las palabras mágicas: "ya está tu hijo en el mundo. ¡Que bonito es!".
** Al nacer se dieron cuenta que llevaba una vuelta en el cuello y nació sufrío.
Cuando me lo acercó mi matrón por el lado y lo besé todo desapareció...todo. Mi niño ya estaba aquí.
Mi marido se quedó un ratito con él en la sala de dilatación dándole calor humano mientras a mi me terminaban de coser y trasladarme a la sala de reanimación.
Al bebé se lo subieron arriba a planta donde lo esperaría toda la familia y yo me tiré abajo esperando a que las piernas reaccionaran...hasta las 12 de la noche.
En todo momento no paré de moverlas, de intentar que se movieran solas...optimismo en todo momento y deseando subir arriba para estar con mi hijo y mi marido y ver a mi familia que había estado todo el día allí.


3 días de ingreso, molestias de entuertos, dolor de cuerpo, paracetamol en vena y con dieta blanda al principio...pero por fin tenía a mi pequeño...

Veo las fotos y pasan por mi cabeza tantas cosas que hemos vivido en este primer año de vida...con sus altibajos como todo el mundo ya que el ser primeriza afecta pero que maravilloso es esto...¡que maravillosa locura donde nos metemos las mujeres!

1 comentario:

  1. Tu parto fue muy parecido al mío. Yo me puse de parto sola en la 40+4, llegué al hospital de 3 cm, pelota, bañera... A los 7 cm me pusieron la epidural y oxitocina para acelerar un poco (que error). A partir de ahí empezó a bajar el pulso del bebé Una vez en dilatación completa me pasan a paritorio para empujar y como el bebé seguía perdiendo el pulso deciden hacerle la prueba del ph, al dar las 3 veces un valor intermedio deciden hacerme una cesárea de urgencia... También me pusieron algo de anestesia con mascarilla para atontarme porque notaba lo que me iban haciendo. Así que solo recuerdo el el momento en el que lo escuché llorar y me lo acercaron un momento. Todavía siento ganas de llorar cuando lo recuerdo. Mi parto soñado no pudo ser, ni pude hacer piel con piel. Pero pienso igual que tú, es cierto que lo volvería a pasar una y mil veces por tener al amor de mi vida conmigo.

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